Cómoda renovada

En una casa de campo reformada se conservaban varios muebles antiguos de la familia. En la reconstrucción de la casa se han reutilizado vigas, rejas y otros elementos originales. Por supuesto también algunos muebles.

La cómoda que os voy a presentar había sufrido un importante ataque de carcoma, las galerías tenían gran tamaño. Además los tiradores de las puertas habían sido arrancados dañando la madera. Humedades y otros desgastes completan el catálogo de patologías.

Con esta presentación lógicamente lo primero fué limpiar y tratar la carcoma concienzudamente, rellenar oquedades y lijar para eliminar barnices antiguos e irregularidades.

Preparada la superficie apliqué una mano de sellador y dos más de imprimación blanca.

El sobre se conservó en su acabado original, se aplicaron varias manos de tinte, una capa de sellador y un acabado de cera aplicada a muñequilla.

El acabado decorativo ha consistido en un ligero desgaste con toques granates. El interior se ha pintado granate en su totalidad.

Se repararon las cerraduras, se limpiaron las llaves y se colocaron tiradores nuevos.

Y LAS MESILLAS QUÉ?

Hace ya meses os presenté la renovación de un cabezal antiguo. Os prometí las mesillas, pero se me fué el santo al cielo.

Aquí las traigo.

Lo primero, en este caso, fue desmontarlas para tratar las partes correctamente.

Las puertas resultaban muy prácticas en épocas en las que había que guardar el orinal o las zapatillas, hoy en día preferimos los cajones.

Ambas mesillas habían sufrido un importante ataque de carcoma. Tras aplicar el tratamiento correspondiente hubo que masillar un gran número de galerías.

Además encontré zonas debilitadas y piezas con peligro de fractura. Las reparé y reforcé las uniones añadiendo espigas de madera.

Encargué los cajones al carpintero y les apliqué la misma imprimación y color que al resto de la mesilla.

Las dí por terminadas con un pequeño toque de desgaste.

Armario antiguo – librería nueva

Conservaba este armario de mi abuela. Tenía claro que no lo quería tirar pero tampoco sabía qué hacer con él.

Después de más de un año en el trastero la necesidad me dio la respuesta. Tenía la imperiosa necesidad de ordenar mis libros, documentos y el material de trabajo. Estaba harta de buscar entre montones hasta que un día empecé a mirar el armario y  a transformarlo en mi imaginación.

¡Sería una estupenda librería!

Antes  de guardarlo ya  le había dado dos capas de imprimación blanca por fuera, para que no fuera tan agresivo a la vista.

Bueno, pues tocaba trabajar el interior.

La parte central tenía un espejo, lo desmonté para que el estante no tuviera obstáculos.

Imprimé y pinté el techo y la base.

Empapelé el fondo y los laterales.

Preparé dos tableros para construir los laterales interiores.

Para fijarlos coloqué listones de madera en el interior del armario.

Para facilitar la colocación de los tornillos se prepararon los litones con orificios del nº2. Así el tornillo va al sitio con algo menos de esfuerzo.

Todas las piezas se fijaron con tornillos.

Ya teníamos laterales. Ahora las baldas, para apoyarlas se emplearon portaestantes atornillados .

Bueno, llega el turno de las puertas.

En el armario original la cerradura de la puerta se insertaba en un listón colocado sobre el perfil del espejo central. Se recuperó este listón y se fijó con «no más clavos» y tornillos al nuevo lateral de la librería.

Las puertas, imprimadas y pintadas, se volvieron a colocar con sus bisagras originales.

  

Falta algo en el cuerpo central ¿verdad?

¡Vamos a solucionarlo!

Al quitar el marco del espejo el cuerpo central se quedó sin remate superior. Para recuperarlo lo reproduje sobre un tablero.

Se cortó con la sierra caladora y se retocó con la lima.

Después se imprimó y pintó como todo lo demás.

Se colocó el remate y para mejorar el acabado de los cantos se añadió un canto igual al original que se elevaba sobre el remate.

También se añadió un junquillo blanco en el encuentro de los laterales con el techo.

Aquí caben un montón de cosas. ¡YUPIIII!

Espejo espejito.

Hoy os presento una sencilla solución para reutilizar un espejo.

 Tenía este espejo de mi antigua casa almacenado en un rincón. Pero ya le hemos encontrado acomodo.

  

Necesitaba cambiar el color del marco. Apliqué dos capas de imprimación blanca para madera, lijando suavemente entre ambas.

Lo acabé con otras dos capas de esmalte blanco satinado.

 

Y así hemos cambiado el rincón de los juguetes en un rincón chill out para adolescentes.

                        

CAJONERA SOBRE RUEDAS

Con dos mesillas de noche monté esta cajonera, os enseño cómo acabó la cosa.

Después de una suave lijada, apliqué dos capas de imprimación multisuperficie a todo el mueble.

En el interior apliqué tapaporos.

Siempre lijando entre capas apliqué esmalte verde.

Con la técnica del decoupage forré dos de los cajones con unas bonitas servilletas de Zara Home.

Detalles:

Los perfiles se añadieron en los cantos superior e inferior para suavizar las formas, el perfil estriado en el centro cubre la unión entre las dos mesillas.

Se combinaron dos tipos distintos de tiradores para reforzar la combinación de acabados.

Este producto está disponible en nuestra tienda.