Conservaba este armario de mi abuela. Tenía claro que no lo quería tirar pero tampoco sabía qué hacer con él.
Después de más de un año en el trastero la necesidad me dio la respuesta. Tenía la imperiosa necesidad de ordenar mis libros, documentos y el material de trabajo. Estaba harta de buscar entre montones hasta que un día empecé a mirar el armario y a transformarlo en mi imaginación.
¡Sería una estupenda librería!
Antes de guardarlo ya le había dado dos capas de imprimación blanca por fuera, para que no fuera tan agresivo a la vista.
Bueno, pues tocaba trabajar el interior.
La parte central tenía un espejo, lo desmonté para que el estante no tuviera obstáculos.
Imprimé y pinté el techo y la base.
Empapelé el fondo y los laterales.
Preparé dos tableros para construir los laterales interiores.
Para fijarlos coloqué listones de madera en el interior del armario.
Para facilitar la colocación de los tornillos se prepararon los litones con orificios del nº2. Así el tornillo va al sitio con algo menos de esfuerzo.
Todas las piezas se fijaron con tornillos.
Ya teníamos laterales. Ahora las baldas, para apoyarlas se emplearon portaestantes atornillados .
Bueno, llega el turno de las puertas.
En el armario original la cerradura de la puerta se insertaba en un listón colocado sobre el perfil del espejo central. Se recuperó este listón y se fijó con «no más clavos» y tornillos al nuevo lateral de la librería.
Las puertas, imprimadas y pintadas, se volvieron a colocar con sus bisagras originales.
Falta algo en el cuerpo central ¿verdad?
¡Vamos a solucionarlo!
Al quitar el marco del espejo el cuerpo central se quedó sin remate superior. Para recuperarlo lo reproduje sobre un tablero.
Se cortó con la sierra caladora y se retocó con la lima.
Después se imprimó y pintó como todo lo demás.
Se colocó el remate y para mejorar el acabado de los cantos se añadió un canto igual al original que se elevaba sobre el remate.
También se añadió un junquillo blanco en el encuentro de los laterales con el techo.
Aquí caben un montón de cosas. ¡YUPIIII!